domingo, 8 de agosto de 2010


Hoy ha sido el primero de los días que significan adentrarse en el mundo de los jóvenes colombianos, en sus diferentes realidades, a través de la realización de múltiples -hasta diez días- convivencias. En concreto las de hoy eran con los jóvenes del grupo de Confirmación de la Parroquia Santísima Trinidad de Bucaramanga.

En primer lugar decir que son jóvenes: inquietos, con sueños y realidades múltiples, queriendo ser mayores pero disfrutando del ser niño... Están creciendo y lo valoran como un logro, como un paso adelante, como un reto... Cada un@ de ell@s  tiene sus propios sueños. De aquí saldrán doctores, maestros, arquitectos, tenderos, guardias... pero, de manera especial, ello son el futuro de Colombia.

Me ha impresionado alguno de sus testimonios y los agradezco como un tesoro más de los que voy coleccionando por tierras colombianas. Conmigo han compartido "regalos", "islas desiertas", "libros de la vida con sus dibujos", cantos y juegos.... pero, como siempre, ellos me han dado más, mucho más... He recibido cariño, sonrisas, comprensión, amabilidad y, de manera especial, una cosa que en casa me cuesta cada vez más descubrir gratitud.

Gracias, amigos de la Santísima Trinidad, por el día que hemos tenido hoy. sepan que me acordaré por siempre de los momentos y de los sueños compartidos y que sólo espero, que, algún día, ustedes los vean cumplidos y hechos realidad. Mientras tanto, sencillamente, sean felices...