lunes, 2 de agosto de 2010

Una cena, algunas historias y muchas actividades

Ayer por la noche fui a cenar con una amiga de la familia que tan bien nos acoje en la parroquia siempre: Alexandra. Alexandra trabaja, entre otras muchas cosas, con las familias desplazadas como consecuencia de la guerra, abierta o encubierta, que todavía hoy sacude al país, y tiene cientos de historias que contar porque forman ya parte de su vida. Os regalo dos de ellas.

La primera habla de una mujer campesina con dos hijos. La guerrilla se presenta en su casa cuando son pequeños y avisa a la señora que, cuando estos crezcan, vendrán en su búsqueda para que luchen con ellos (algo absolutamente habitual aquí). Ya mayores, un día por la noche, la señora oye ladrar al perro y, al asomarse, descubre unas luces que avanzan hacia su casa. Inmediatamente despierta a sus hijos y les hace subir al tejado. Al llegar la guerrilla y no encontrar a los chicos destrozan, prácticamente, la casa y empiezan a disparar... de manera especial hacia el techo. Al cabo de un rato se marchan y dejan a la señora llorando ante el temor de que sus hijos yazcan muertos. Gracias a Dios los chicos bajan sanos y salvos. La Doña les da toda la platica que tiene ahorrada para que marchen hacia la ciudad por miedo a que vuelvan y los maten. Es la última vez que los ve. Al cabo de un tiempo los va a buscar pero no los encuentra por ninguna parte. Hoy en día los sigue buscando. No sabe si están vivos o muertos, secuestrados o libres... simplemente sigue buscando.

La segunda historia es más corta pero habla, a las claras, de lo frágil que es la vida y lo mucho que sufren muchas personas en este país. En uno de sus encuentros con la guerrilla (siemrpe respetuosos con ella) a Alexandra le ofrecen enviar a alguien con una moto si tiene necesidad. Ella declina el ofrecimiento. En mi inocencia yo le pregunto: "¿para llevarte a algún sitios?". Ella sonríe lacónicamente y me contesta: "no, Luisito, me estaban ofreciendo matar a quien me molestase, la motico es pa' eso..."

En otro orden de cosas seguimos con Carlos con actividades varias. Él ahora está "en baja forma" porque le operaron el pie (poca cosa pero muchísimas horas de clínica)... pero en pocos días volverá a estar "a full". Materiales, convivencias, encuentros... y una jornada que promete: una velada de CANCIÓN y ORACIÓN pàra jóvenes de Bucaramanga. Será dentro de dos semanas, ya os explicaré.

Un abrazo muy grande y gracias por seguir acordándoos de mí.