miércoles, 25 de agosto de 2010

Consumiendo el final...


Yuli tiene dieciséis años y ya os hablé de ella: no tiene padres desde los cuatro años y me pidió que YO fuese su padre... Y os prometo que, si fuese posible, lo sería. Es juiciosa, dulce, sincera, muy trabajadora y una gran estudiante. Sueña con ser doctora algún día para atender a todo aquel que lo necesita. No ha tenido la suerte de la que gozamos la gran mayoría de nosotros, pero su optimismo y su vitalidad pueden con  todo,..

Hoy la he grabado en vídeo explicando su historia personal y me ha emocionado verdaderamente (como casi siempre desde que la conozco). Espero poder mostrarlo a alguno de vosotros a la vuelta. Por de pronto me ha hecho plantear alguna pregunta... ¿Qué sera de ella a partir de ahora? El estar en Zoe es una garantía... Pero: ¿Qué le deparará el futuro? ¿Cómo la podré ayudar yo a salir adelante? ¿Qué puedo hacer por ella?

De momento a mí, me ha cambiado, de  alguna manera, la vidal. Me permitiréis que me reserve el cómo me la ha cambiado, pero hay algo dentro de mí que se remueve y hasta hoy estaba aletargado. La vida dirá cómo evoluciona este sentimiento...

Pasando a revisar el día tengo que deciros que hoy ha sido un día especial porque han comenzado las despedidas de verdad. Teníamos pensado ir con Carlos a California, una zona que se encuentra a unas dos horas de aquí y dicen que es bien bonita, pero mañana se marcha el Padre Manolo a Cartagena y hemos decicido quedarnos para despedirnos COMO DIOS manda de él.

Manolo es de esas personas que, de verdad, vale la pena conocer. Es ÚNICO. Lleva cuarenta años trabajando en este país y veinte haciendo posible que la realidad de muchos niños y niñas de la calle se transforme en esperanza. Y, de manera especial y a pesar del poco tiempo que hemos compartido (nos conocemos del verano pasado y de éste, más una brevísima estancia suya en Barcelona) puedo decir, si equivocarme, que es un verdadero AMIGO, generoso y dispuesto a colaborar en todo lo que haga falta. Cosas del de arriba...

Si él mis estancias en Bucaragamanga no serían, desde luego, lo mismo y sólo me queda decir, de manera pública, lo que a él ya le he dicho: GRACIAS MANOLO. Por todo. Y ahí van (las gracias) por tu trabajo, por tu acogida por tu misión, por tu  vida, por tu amistad... POR TODO. No dudes que el año que viene volveré a estar por aquí y quedas emplazado a ser el manager del "tour" que con mi gente de la música me gustaría realizar el año que viene. Ya sabes: Bogotá, Bucaramanga y Cartagena. Lo dejo todo en tus sabias manos (eso sí: que Beatriz te colabore porque si no, no sé yo... jejeje)

Y volviendo al día -menudo desorden llevo hoy- he tenido una mañana de compras y ya creo que nadie de "mi gente" se me queda sin regalito. No esperéis grandes cosas porque sois muchos y mi economía, como siempre, es precaria, y aquí no es que haya grandes bagatelas... Pero bueno; algún recuerdillo de mi estancia aquí tendréis.

Luego comida en la casa de Manolo, que está a unos diez quilómetros montaña arriba y es una verdadera maravilla (ya os enseñaré alguna foto de Villa Teresa, su casa). No ha habido siesta (él siempre hace sus diez minutos de siesta diaria) porque le hemos acompañado a comprarse una cámara de fotos. En estos temas ya sabéis que no soy mal asesor, jejeje.

Y después por la tarde... ¿A dónde he ido? OBVIO: ¡¡¡A Zoe!!! Si es que me quedan dos días aquí y me va a resultar dificílisimo darles el adiós definitivo. Les he regalado un CD con todas las fotos que les he hecho (ni sé cuantas...) y se han vuelto locas viéndose por a tele "posa que te posarás". Increíble, jejeje.


Y por la noche cena de despedida en la parroquia. De ellos sólo decir que son como mi segunda familia aquí. Gracias Padre Ramiro, Alexandra, Stella, Miguel Miguelito, Rosita, Princesa... Bucaramanaga sin vosotros no sería MI Bucaramanga. GRACIAS de verdad.

Y mañana más. Comida con Míriam para despedirnos, cena en casa con TODOS los amigos y amigas para despedirnos a Pepe y a mí... Y el jueves maletas y avión... Y se acabó, porque todo lo bueno dicen que acaba. Yo prefiero pensar que el jueves comienza la ilusión por volver el año que viene. Porque, de una u otra forma, volveré, vaya si volveré... 





No hay comentarios:

Publicar un comentario