lunes, 9 de agosto de 2010

Convivencias con los jóvenes de la Parroquia San José


Hoy ha sido otro gran día. Con los jóvenes de la Parroquia San José (que lleva Carlos) nos hemos ido a una casa de los Hermanos Redentoristas, a la que ya fuimos el año pasado y a la que tenemos que volver en otras convivencias, a pasar el día intentando construir grupo y confianza. ¡Y creo que ha sido un éxito..! Evidentemente gracias a la predisposición de los jóvenes, tan atentos e ilusionados con el día que todo lo han hecho fácil, provechoso y, a veces, hasta profundo.

Hemos utilizado las mismas dinámicas y oraciones que ayer (¿para que cambiar lo que funciona?) pero creo que la respuesta de hoy ha significado subir un escalón más en el compartir de estos jóvenes. Durante el día han fluído historias personales duras, algunas excesivamente duras, pero aquí la gente las sobrelleva con la esperanza de superarlas... Mención aparte creo que merece Camilo.

Joan Camilo es un chico de unos catorce o quince años. En el festivo del primero de julio -hace poco más de un mes-, sus padres perdieron la vida en un accidente de moto. Se ha quedado solo con su hermana pequeña, de la que se siente reponsable. Me explican que antes era un "bichillo", ahora se le nota "la vida interior" con la que lucha cada día... Pero creo que ha cambiado, ya no es un niño: ha madurado, se ha vuelto mayor. Sabe que debe ser responsabe y lo empieza a ser, Sabe que su hermana depende de él (por mucho que ahora vivan con sus padrinos) y se le iluminan los ojos al hablar de ella. Tiene claro que la educación es fundamental para él ahora y se levanta cada día a las cuatro y media de la mañana para ir al colegio... Y ríe, ríe y se alegra cuando compartimos un ratito hablando de futbol, del Barça de sus jugadores, de cómo le gustaría un día ser profesional y jugar allá (y no juega nada mal el condenado... aunque me debe tres vidas por un "caño" que le he  hecho jugando a quitar la bola).

Y lo mejor de hoy han sido, sin duda, sus compañeros. Sabiendo y entendiendo por lo que está pasando no se lo han pensado ni un momento: la persona que debería salir salvada de la isla (qué maravillosa dinámica), sin ninguna duda, era él. Un milagro más de los que se dan cada día en Colombia. Sólo por eso y a pesar de la distancia que me separa de la gente a la que quiero (para algún tesoro escondido unos centenares de quilómetros más todavía) VALE LA PENA ESTAR AQUÍ.

  

4 comentarios:

  1. Hola Lluis ya veo que todo va viento en popa y a toda vela!!.
    Leyendo tu post de hoy, uno se da cuenta que a veces la vida es injusta, muy injusta sobretodo con quien menos culpa tiene la mayoria de veces..
    Por eso a veces es dificil pensar que hay alguien por ahi arriba que nos guia...
    Aunque luego pienso en gente como tú, Carlos,Fina y muchas otras personas,amistades mutuas que tenemos y que he tenido la suerte de poder conocer, que te hace pensar a lo mejor si que hay alguien que nos vigila.
    UN ABRAZO DESDE BARCELONA Y SEGUID ASI LLUIS, VALE LA PENA

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  2. Todo nos vale la pena si el corazón va detrás, aunque a veces sea duro e injusto.

    "Cogita frequenter quod hic venuisti",
    (Pregúntate con frecuencia qué te trajo hasta aquí", leí una vez en una casa de acogida y, desde entonces, este pensamiento me ha salvado muchas veces de tirar la toalla cuando he dudado si valía la pena.

    (Incluso a algunos km de distancia, aún lo sigo meditando...je, je)

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  3. Vale la pena sufrir, porque he aprendido a amar con todo el corazón.
    Vale la pena estar en la oscuridad y caer hasta lo más profundo, porque ya no puedo ir más hacia abajo, de ahí en adelante todo va a ser hacia arriba hasta que vea la luz.
    Vale la pena entregar todo, porque cada sonrisa y lágrima son sinceras.
    Vale la pena agachar la cabeza y bajar las manos, porque al levantarlas seré más fuerte de corazón.
    Vale la pena una lágrima, porque son el filtro de mis sentimientos, a través de ella me reconozco frágil y me muestro tal cual soy.
    Vale la pena cometer errores, porque me da mayor experiencia y objetividad.
    Vale la pena volver a levantar la cabeza, porque una sola mirada puede llenar ese espacio vacío.
    Vale la pena volver a sonreír, porque eso demuestra que he aprendido algo más.
    Vale la pena acordarme de todas las cosas malas que me han pasado, porque ellas forjaron lo que soy el día de hoy.

    ¿Aun crees no valio la pena Lluis?? Un beso isleño ;)

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  4. Bueno, hijo, ha llegado ya el día "H".Mañana a las 4h.al aerouerto.Hoy han venido a vernos M.Amada y familia.Los nenes están altos y guapos, aunque rendidos y agotados.Esta tarde he ido al medico y el 9 de septiembre a operar.Abiego,pues de momento, tendrá que esperar. En crucero no se si podremos comunicarnos. Lo intentaremos. Sigue trabajando y dice tu madre que te cuides.Muchos besos y hasta pronto.

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